Datos del Instituto Nacional de Estadística revelan que la tasa de ocupación hotelera en Benalmádena el pasado mes de agosto superó el 81%, y que prácticamente se alcanzaron las 375.000 pernoctaciones, lo que significa que una media de algo más de 12.000 personas al día pasaron en agosto la noche en algún hotel de Benalmádena, el tercer mejor dato de los últimos cinco años.

De las cifras relativas al turismo en la localidad, lo más destacable es, sin embargo, que siguieron aumentando tanto el tiempo de estancia media de los turistas en los hoteles de nuestro municipio, que pasó de 5,45 días a 5,60 como que el número de turistas procedentes de allende nuestras fronteras crece con fuerza en más de 4.500 personas, casi un 15% con respecto al mismo mes de año pasado, mientras que el turismo nacional sigue sin dar muestras claras de recuperación y se mantiene en niveles discretos.

No obstante, a pesar de esa debilidad del mercado nacional, el dato que verdaderamente llama la atención es que los hoteles de Benalmádena han recibido ya en los primeros nueve meses del año un total de 390.321 turistas, casi 4.200 más que el año pasado por estas fechas, un 1,03% adicional.

Un estudio pormenorizado de las cifras que ofrece el INE en materia de ocupación hotelera en la localidad permite estimar que, de seguir en estos promedios, 2015 podría ser el segundo mejor año turístico desde 2003, ya que podrían alcanzarse los 585.000 turistas concluido el mes de diciembre, un dato que se quedaría sólo por detrás del relativo a 2009, año excepcional en que visitaron Benalmádena más de 622.000 personas.

Por lo que respecta a los meses centrales de la temporada, junio, julio y agosto, también se observa una discreta mejoría respecto a los datos referidos al grado de ocupación hotelera durante los mismos meses de 2014, que mejoraron casi un cuarto de punto (0,23%).

Desde la concejalía de Turismo, presidida por Encarnación Cortés, se han valorado positivamente los datos, que han sido calificados de “esperanzadores” por la edil, que ha hecho hincapié en que las previsiones de ocupación hotelera en septiembre y octubre son “especialmente buenas”, razón por la que se ha mostrado optimista de cara a que el sector se pueda animar a retrasar al máximo el cierre de camas hoteleras en invierno, más de la mitad del total en los últimos dos años, con el efecto positivo que ello tendría sobre la estacionalidad en el empleo local.